LA PULSIÓN MONGÓLICA

Muy pocas veces se tiene la oportunidad, sin recurrir a la mentira, de poder narrar no una, DOS de las gestas épicas más espectaculares del siglo. No creemos que decir esto sea, ni mucho menos, exagerado: es más, aún nos queda la sensación de no haber tocado el fondo de ambos casos. Una sensación de hallarse ante algo MUCHO más grande que tú mismx, frente a lo que perfectamente podrían ser los cimientos de un nivel superior de cosas. Muy, muy superior. En plan LA HOSTIA. LLegados a esta conclusión, solo nos queda postrarnos ante la GRANDEZA de los acontecimientos y deleitarnos humilde y respetuosamente con sus inigualables circunstancias.

Por un lado, la espectacular gesta épica de Joakim Robin Berggren, el sueco epicúreo que quería ver el mar.

Y por otro, la sublimación artística Renacentista de un hombre que, a través de una epifanía prácticamente divina (¿cómo explicarlo de otro modo?) decide salir de su casa (pasito ligero, y aún así sosegado como un puré de verduras), empuñando en una mano un fusil de asalto y en la otra una lata de espray negro. ¿Su misión? Descúbrela por ti mismx y DATE CUENTA DE LO MUCHO QUE TE QUEDA AÚN POR APRENDER.

Obnubilación, éxtasis, iluminación e inspiración espiritual: esos son los ingredientes que componen éste nuestro regalo al mundo. Que no te quepa duda: tras escuchar este programa, SERÁS MEJOR PERSONA. Y, quién sabe, quizás se despierte en tu interior esa misma chispa visionaria con la que nuestros protagonistas de hoy demuestran que LA PULSIÓN MONGÓLICA que mueve las fuerzas telúricas de todo lo Universalmente Chungo de Cojones tiene aún mucho, mucho que decir.

Vuela libre, vuela alto, entrégate a la Eternidad como si no hubiera un mañana y nunca, jamás, niegues el auténtico Gran Poder de la Subnormalidad Cósmica.

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