19 noviembre 2015
Cuando un acontecimiento como ya-sabes-tú-cuál pasa por los medios de comunicación de masas, lo más probable es que todo el pifostio cognitivo resultante (y aún más cuando éste cae sobre un núcleo neurálgico del denominado Mundo Libre) se convierta indefectiblemente en una auténtica carrera de ratas.
Todos los medios quieren más, mejor, máaaaas rápido. Más duro, más, máaaaas crudo. Más plus, pus-es-más. Sieeeempre exclusivo, nosotros-los-primeros. A por todas, ya véis. Las hecatombes, las masacres más criminales y los compendios de desgracias humanas de proyección internacional son caramelos demasiado chupables como para que aquellos que se vanaglorian de «informar» hagan todo lo posible por marcar ese tanto en su marcador.
Vale. Hasta aquí, regulero. Nada que no sepamos.
Luego es cuando viene lo bueno. Luego están, por ejemplo, «Las Mañanas» de Mariló Montero confundiendo EN RIGUROSO DIRECTO el símbolo de Al-Qaeda con el de la Alianza Rebelde de la saga Star Wars. O el «periódico» La Razóng, poniendo en portada sin titubeo que valga una foto trucada por Photoshop (obra de unos geeks canadienses adictos a los videojuegos) como «una de las primeras imágenes disponibles (y con-fir-ma-das) de UNO DE LOS AUTORES DEL ATENTADO». El Tipo en cuestión: un pajillero con la tecla suelta en su blog gamer y con algún que otro enemigo con el cachondo activado en modo cabroncete.
Claro… Así las cosas, ¿qué podemos hacer desde Chanquete, vuestro magazine amigo?
Pues lo que te imaginas, ni más ni menos… Y como bola extra, un par de noticias más que noooooo tienen desperdicio ningunou.
Atrévete y llora con nosotros.
Y que viva la profesionalidad periodística y todas las inefables consecuencias que acarrea en una sociedad que —tan orgullosa— se gasta un cociente medio beyond the tocomocho.
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8 mayo 2017